Los tumores cerebrales pueden ser benignos y malignos. Los benignos más frecuentes son:  

Los tumores benignos deben ser extirpados completamente para su curación aunque a veces por su localización y tamaño es imposible. Para estos casos contamos con otros métodos como son la radiocirugía para complementar su tratamiento.

 

  

   

 

Otros tumores que podemos destacar en la patología craneoencefálica son los tumores de tronco y los tumores malignos

Actualmente, en el tratamiento de todos los tumores anteriormente mencionados se utiliza la neuronavegación cerebral, que permite un mejor práctica quirúrgica.

Generalmente estos procesos son tratados en Servicios de urgencia de Neurocirugía, pero a veces llegan a Servicios con patología programada como el nuestro. Los más corrientes son el hematoma extradural que se forma entre la duramadre y el hueso por una caída, un golpe o un accidente de tráfico y el tratamiento es quirúrgico evacuándolo a través de una pequeña craniectomía. El hematoma subdural se forma entre el cerebro y la duramadre y cuando es agudo hay que evacuarlo inmediatamente, y el crónico,que se forma en las personas mayores y que se diagnostican al mes o a los dos meses de un traumatismo. Éste se trata con un trépano a través del cual se drena el hematoma. A veces se producen fracturas de cráneo que no tienen tratamiento quirúrgico excepto los que se acompañan de un hundimiento del hueso, y entonces hay que levantar este hundimiento.

Otras veces son más severos con pérdida de conciencia y edema cerebral importante. Estos se tratan en la Unidad de Cuidados Intensivos.

Los más frecuentes son los hematomas intraparenquimatosos que se produce por hipertensión arterial. Normalmente a no ser que produzcan un gran desplazamiento de las estructuras craneales y el enfermo empeore, no se suelen operar ya que se reabsorben en la mayoría de los casos, pero en este último caso citado, a veces es necesaria la intervención quirúrgica a través de un trépano o una craniectomía.

Los aneurismas arteriales normalmente hoy día se tratan por embolización. Son pequeñas o grandes dilataciones que ocurren en los vasos cerebrales y que se pueden romper produciendo una hemorragia subaracnoidea. Antes se operaba por vía intracraneal colocándolos un clip en el cuello para aislarlos. Hoy día sólo se operan los que no se puede embolizar.

Las malformaciones arteriovenosas son ovillos de vasos arteriales y venosos que a veces se rompen y produce hemorragias. La mayoría se tratan con radiocirugía.

Como su nombre indica son cavidades quísticas intracraneales y que pueden ser pequeños o grandes. Los más frecuentes son los aracnoideos es decir formados en la aracnoides que es una capa de las meninges y rellenos de líquido cefalorraquídeo. También puede ser coloides con un contenido líquido más espeso y se localizan en el III ventrículo. Los quistes del epéndimo o ependimarios son raros y por último están los quistes parasitarios que ya afortunadamente no se ven.

El tratamiento de los quistes aracnoideos cuando alcanzan un volumen grande y produce un cuadro compresivo es variable. Se pueden realizar tratamiento con endoscopio es decir introducir un endoscopio a través de un trépano y comunicar el quiste con una cisterna o bien abrirlas directamente a través de una craniectomía y comunicarlas con una cisterna o por último colocar una derivación cistoperitoneal, es decir una válvula desde el quiste al peritoneo.

La mayoría de los pacientes con crisis epilépticas, es decir alrededor del 70% se controlan con medicación apropiada, pero hay un 30% que sigue con crisis y se denominan epilepsias refractarias al tratamiento médico. Estos pacientes deben ser ingresados en Unidades de Epilepsia donde neurólogos, neurocirujanos, neuropsicólogos, neurorradiólogos, etc, es decir un equipo multidisciplinario los estudia para ver las posibilidades quirúrgicas.

Los estudios que se realizan son el vídeoEEG, resonancia magnética especial, estudios neuropsicológicos y a veces PET (prueba de metabolismo cerebral) y SPECT (prueba de flujo cerebral).

 

En niños, las principales patologías responsables que se tratan quirúrgicamente son las displasias corticales, la esclerosis tuberosa, el síndrome de Rasmussen, la hemimegalencefalia y por supuesto los tumores cerebrales responsables de epilepsia.

En adultos es muy frecuente la esclerosis mesial temporal.

 

Los tipos de procedimientos quirúrgicos que se llevan a cabo son la lobectomía temporal, la hemisferectomía, las resecciones guiadas por electrodos subdurales, la Lesionectomías y la colocación de estimuladores a nivel del vago.

Las lesiones de los nervios periféricos son tres:

  1. Neuroapraxia en la que hay una contusión del nervio y se va a recuperar espontáneamente.
  2. Axonotmesis en la que existe una lesión del nervio, puede estar cortado, pero permanecen sus cubiertas, fundamentalmente el epineuro.
  3. Neurotmesis en los que el nervio está cortado igual que sus cubiertas epineuro y perineuro.

En la axonotmesis el nervio puede recuperarse pero a veces es necesario intervenir, pero en la neurotmesis siempre es necesario la cirugía o bien uniendo un cabo del nervio con el otro o bien colocando un injerto entre ambos que se suele obtener del nervio dural. El ideal de la intervención es entre los 3-6 meses después del accidente, aunque a veces se pueden intervenir hasta los 18 meses.

También hay síndromes compresivos de los nervios como el mediano que se comprime a nivel del túnel del carpo y se soluciona el problema abriendo el ligamento anular anterior del carpo. Es una simple intervención con anestesia local. Clínicamente produce dolor nocturno en la cara anterior de la mano y parestesias y pérdida de fuerza en el pulgar.